¿Sobreprotección o Protección?

Vamos a tocar un tema de significativa importancia en la vida de las personas: la Sobreprotección, en contraposición con la protección. La primera contraproducente, la segunda necesaria. Alguien ha dicho con mucha razón siempre los excesos son perjudiciales, veamos por qué…

¿El cariño puede ser nocivo?

A veces pensamos que a mayor cantidad de cuidados mayor es el afecto que brindamos, sin embargo, comúnmente ocurre que caemos en lo que se define con el término Sobreprotección, que significa el cuidado excesivo y/o protección desmedida más allá de lo razonable.

Vamos a centrarnos en las personas con discapacidad, pero todo lo que se refiere aquí, es aplicable a cualquier persona.

Como parte del desconocimiento que tenemos sobre las personas con discapacidad en unión de los prejuicios existentes y las ideas preconcebidas, prevalece una tendencia generalizada a sobreprotegerlas. Todos en algún momento lo hacemos: las familias, los amigos, los vecinos, la comunidad, las personas en general.

Queremos sustituirlos sin darnos cuenta, así pensamos, actuamos, realizamos actividades por ellos, y en realidad lo que necesitan es que le indiquemos como pensar, actuar y realizar las actividades. Con esta actitud estamos dudando de sus capacidades, recursos y potencialidades, al mismo tiempo que los inhabilitamos a creer en sí mismos, los condenamos a que sean dependientes, pudiendo no serlo, y en eso consiste la paradoja, el exceso de “cariño” entonces resulta perjudicial.

Pero existe otra paradoja añadida a la anterior, pues la actitud asumida nos impide que reconozcamos que estamos siendo sobreprotectores. Sentimos que los cuidados que brindamos son necesarios, pensamos que ellos realmente no pueden realizar esas actividades, etc.

¿Qué consecuencias trae la Sobreprotección?

Las personas sobreprotegidas se sienten inseguras, dependientes, tímidas, poco creativas, incapaces de organizar y usar su tiempo y sus recursos para conseguir sus propias metas, con dificultades en las interacciones sociales, poco responsables.

Por tanto, sólo la protección justa, la que se queda en el límite del cuidado necesario hace personas seguras, conscientes de sus propios medios para salir adelante, capaces de ser independientes.

¿Cómo evitar la Sobreprotección con las personas con discapacidad?                                                                   

Guiar a las personas con discapacidad, lo que no significa hacer lo que le corresponde.

Exigirles de acuerdo con sus posibilidades.

Dejarlos que asuman las responsabilidades que les corresponden.

Permitirles autonomía.

No solucionar por ellos los problemas, dejarlos que se enfrenten a los mismos y los resuelvan por sí mismos.

Solo de esta manera podemos lograr que las personas con discapacidad se sientan útiles, independientes, autónomas y responsables.

Ahora entiende usted que el “cariño” en exceso puede ser nocivo. El secreto es proteger y no sobreproteger.

Hasta la próxima….

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