Estimular a los niños desde edades tempranas

Una estimulación adecuada desde el nacimiento ayuda a que los niños potencien todas sus capacidades de desarrollo. Debemos brindarles ambientes seguros, protectores, afectuosos, y estimuladores. Esto se debe llevar a cabo con todos los (as) niños (as), y en especial con aquellos que presentan alguna discapacidad, ya que los mismos requieren de un poco más de estimulación adecuada desde periodos tempranos de la vida.

Estamos totalmente seguros de que la estimulación que un (a) niño(a) recibe durante sus primeros años constituye la base sobre la cual se dará su desarrollo posterior. Por eso es importante aprovechar estos momentos.

Estimule que las posibilidades son ilimitadas.

Los niños desde que nacen reciben estímulos externos al interactuar con otras personas y con el medio ambiente. Cuando estimulamos a un bebé le estamos brindando diferentes oportunidades para aprender, adquirir habilidades y destrezas de una manera natural y entender lo que sucede a su alrededor.

¿Se puede entonces estimular a propósito al bebé?

Por supuesto que sí, pero antes debemos conocer qué es la estimulación temprana.

¿Qué es la estimulación temprana?

Es la atención que se puede ofrecer a los niños tantos comunes, como con discapacidad o en riesgo, de un conjunto de acciones apropiadas y compensadoras, que faciliten la adecuada maduración y que les permita alcanzar el máximo nivel de desarrollo personal y de integración social.

El logro de las competencias que son propias en estas edades va a situar a los niños en condiciones favorables para comprender el mundo circundante y para adaptarse al entorno natural y social, pues a través de esta atención vamos a estimular las diferentes áreas del desarrollo (su lenguaje, su pensamiento, su atención, etc.).

Los primeros años de vida del niño(a) son los más sensibles del desarrollo, es decir, si observamos bien, en los cinco primeros años de la vida, el ser humano alcanza los logros más importantes del desarrollo. Baste mencionar que aprendemos a hablar y comunicarnos en esos años, adquirimos la posibilidad de mantenernos erectos, sentarnos, pararnos, caminar, correr, obtenemos conocimientos importantes para el futuro como los colores, los tamaños, las formas, aprendemos a relacionarnos con los adultos y otros(as) niños(as); aprendemos a asearnos, vestirnos, es decir, a ser independientes, en la medida de lo posible, entre otras cosas.

Sin embargo, todos estos logros pueden estar retrasados o afectados cuando un(a) niño(a) presenta alguna discapacidad, por eso es necesario prestar la mayor atención posible para poder compensar o ayudar a adquirir esos logros. De ahí se deriva la importancia capital que tiene la atención temprana en estos niños(as).    

Nuestra meta con la atención temprana no es acelerar el desarrollo, sino potencial el mismo, de manera que facilitemos la adquisición de diferentes logros que le son posibles de aprender, pero que sin la ayuda de otra persona resulta muy difícil de adquirir, o se retardaría en obtener ese desarrollo más tiempo del requerido. Al mismo tiempo que podemos corregir las dificultades si existieran.

Podemos potenciar el desarrollo cuando…

Le presentamos a estos niños actividades adecuadas que fortalezcan su iniciativa y su aprendizaje, a partir de las actividades de la vida cotidiana.

De esta forma los bebés al nacer traen consigo una serie de reflejos que se han llamado incondicionados que garantizan su supervivencia, pero no aseguran la aparición de formas humanas de conducta, para ello es necesaria la presencia de un adulto.

Ese adulto, fundamentalmente la madre, debe establecer una comunicación emocional, a través del contacto físico, del intercambio de miradas, de señas, etc.

Por eso es importante en este primer año de vida del niño(a) estimular el desarrollo motor (sostener la cabeza, sentarse, gatear, pararse, caminar), del lenguaje (estimular a que repita silabas, palabras, etc., lo hace por imitación) y emocional (brindarle seguridad, afecto, hablarle, tocarlo, aprovechar por ejemplo momentos como el baño para “mimarlos”, etc.).

Todo esto se puede realizar aprovechando los estímulos a los cuales estos niños(as) están expuestos. Por ejemplo: a manera de juego estimularlo para que se pare, llamándolo, forzándolo en lo posible para que llegue a una meta, a un lugar determinado.

El juego es la mejor manera de estimular a un(a) niño(a).

Se le debe estimular también de forma visual y auditiva, lo cual se logra enseñándole objetos brillantes de diferentes colores y hacer que lo siga con la mirada, diferentes rostros de personas, estimular a que busque objetos con sonidos que estén escondidos, entre otras actividades. Como puede observar no es necesario hacer nada especial, son simples juegos que realizamos todos en algún momento, sin embargo, solo les pedimos que lo lleven a cabo con un objetivo.

Cada etapa, tiene sus actividades, logros y adquisiciones. En esta oportunidad solo hemos referido aquellas relacionadas con el primer año de vida del bebé, Estamos en deuda con usted con el resto de las edades, es decir desde el año hasta finales de la edad preescolar. Eso lo veremos próximamente. Mientras esperamos sus reflexiones, dudas y comentarios.

Muchas gracias y hasta la próxima…

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