Wakay Pata y Kusipata
Verán descender a los ahorcados de su lugar de martirio
quienes triunfantes se desprenderán de las malditas sogas que les arrebataran sus lenguas y sus vidas.
¡Les ofreceremos una canasta de lirios!
Serán ustedes testigos de ver erguirse a Túpac Amaru segundo, el gran líder y cacique indígena,
aquel que fue traicionado y entregado a los realistas.
Veremos a su familia y capitanes, a los torturados y masacrados.
Les ofreceremos mote, yuca y maíz tostado.
Anonadados verán a Túpac Amaru salir de su tumba de la Plaza de Armas, valeroso, valiente.
Sus extremidades, tendones y nervios, y cabeza sobre su cuello, se fusionarán en su cuerpo para siempre
Y levantándose vigorosa, victoriosamente, abrazará a su querida esposa e hijos, y a sus capitanes y aliados de tiempos inmemoriales
Antonio Huallpa y Túpac Amaru, vencedores se pasearán en la inmortal Plaza de Armas de Cuzco de el Imperio Inka.
Juntos llorarán en Wakay Pata y en Kusipata emocionados se regocijarán.
Las sombras y siluetas que irrumpían la quietud de la noche por siglos, se disiparán.
No más gritos ni gemidos lastimeros causados por el dolor de ver a los suyos ser asesinados,
No más llanto implorando justicia y piedad al asesino rastrero.
La histórica Plaza de Armas,
las milenarias piedras de sus calles de Cuzco,
Ustedes y yo, seremos testigos, y seremos miles.