La Recuperación del Sueño: Edmonton Folk Festival 2022

El Festival se lleva a cabo en Treaty 6 Traditionnal Land.
Más de 20.000 personan asisten cada día durante el Festival Folklórico de la Música de Edmonton 2022.

Tres años sin música, la espera fue larga pero el escuchador es paciente. Posiblemente la primera frase sea un tanto extremada, pues es muy difícil vivir sin música; pero -es preciso aclarar- una de las implicaciones de la música es la construyente actividad de escuchar la armonía de los sonidos en colectividad.

 Es notablemente sabido que el urgente aislamiento como medida preventiva contra el COVID19 permitió que la pandemia se encontrara con un muro de contención. Las medidas de salud fueron suspendidas y, como solía decir el gran Leonard Cohen: “Hay una grieta en todo, y así es como entra la luz”, y el Edmonton Folk Festival lidereado por Terry Wickham, aprovechó la pequeña brecha para traer de nuevo lo que los edmontonianos y ciudadanos del mundo esperaban con ansias, lo más notable: la luz.

La luz, la energía en este festival se puede sentir, ver, escuchar, degustar, respirar, y su influencia sobre la epidermis es notoria. Es notorio en el ambiente, la facilidad y felicidad humana de convivir y compartir lo vario, lo distinto. La variedad, lo distinto no son propuestas opuestas, esa conjetura no existe en este festival de música; pero si la hubiera, diríamos que hay dos tipos de escuchadores en el festival que son opuestos: el que va ya planeado, ojo escrutinio, seguro de su placer y donde encontrarlo; y el otro que no oculta su sueño de omnipresencia, de escucharlo todo, oído voraz y goloso. Después de esa supuesta oposición, la música emerge libre. Y los miles de melómanos se extienden en el campo donde los indígenas de las primeras naciones Meltis, Inuit se reúnen para compartir su cultura, historias, donde la oralidad siguen siendo una de las herramientas para preservar la tradición, para conocer filosofías, formas de pensar y actuar.

Toda esa multiplicidad que convive en todos los aspectos de la vida del ser humano aquí, en el Edmonton Folk Music Festival, se vive. Más de 25,000 personas que asisten a esta reunión cada uno de estos 4 días que dura el festival, no pueden estar equivocados de estar en el lugar correcto, en el momento correcto.

Matemáticamente hablando un total de 100,000 personas tienen la conciencia de ayudar a los más 2,600 voluntarios a que el sitio se mantenga limpio, de asegurar que puedes estar tranquilo con tu familia, con tu amigo, amiga a la que abrazas a grito partido después de no verlos en tres años, que unos adolescentes te indiquen donde depositar los desperdicios. Que eres afortunado que los técnicos de sonido se aseguran que puedas escuchar apropiadamente cada uno de los instrumentos musicales, voces de los cantantes y sentir su euforia de estar aquí, dándote lo mejor que pueden hacer: música. Técnicos de luces, coordinación de la prensa, conductores que ayudan a personas, a artistas de dirigirse de un lugar a otro, a cocineros, la lista es interminable, pero es justo sentar en acta que toda esta energía traída todos los agostos es posible a toda esa gente que logra cada año intensificar cada año esa grieta donde pasa la luz.

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