Los sondeos electorales en Chile
Escribe Luis A. Medina G.*
El reciente sondeo del Panel Ciudadano-UDD —ese que proyecta que José Antonio Kast captaría la mayor parte de los votos de Parisi, Matthei y Kaiser— ha generado ansiedad, lecturas apuradas y titulares apocalípticos. Es comprensible. Cuando una encuesta sugiere un escenario 59% contra 41% en una eventual segunda vuelta, la conversación pública se agita.
Pero lo primero que hay que decir con honestidad es esto: el sondeo es útil para entender una posibilidad muy probable, pero no garantiza que así será en la realidad final.
Aquí El problema no es el sondeo. El problema es lo que el sondeo revela. Y lo que revela es incómodo: la izquierda y el gobierno entregaron el terreno comunicacional entero, sin resistir, sin estrategia, sin calle, sin narrativa, sin un comunicador social de peso. En un país donde los medios masivos más influyentes están alineados con la derecha, el Gobierno creyó que la buena gestión se explica sola, que la ciudadanía “se dará cuenta”, que basta con mostrar cifras.
Fue ingenuidad pura. Y torpeza estratégica. Mientras el Gobierno administraba en silencio, la derecha comunicaba en emociones. Ellos entendieron algo fundamental: la política hoy no se disputa en la data, sino en el miedo, en el relato y en la percepción.
Ahí está el corazón del problema.
El vacío comunicacional lo llenó la derecha: titulares, matinales, paneles, redes sociales, todos repitiendo el mismo mensaje, con los mismos códigos, apuntando al mismo sentimiento: inseguridad, cansancio, desconfianza. Una máquina diseñada para saturar el ambiente emocional hasta que la gente respire miedo, independientemente de los datos reales.
¿Y el Gobierno? Respondiendo con tecnicismos a una narrativa basada en pánico. Creyendo que un par de gráficos podían contrarrestar una sensación instalada todos los días, en cada pantalla. Mientras la derecha hablaba de “sobrevivir”, el Gobierno hablaba de “gestión”. Y en un país con salud mental al piso, el miedo siempre le gana a la estadística.
La verdad es que esta encuesta no define el resultado electoral. No dice quién ganará ni cómo votará finalmente la ciudadanía. Pero sí deja claro algo mucho más profundo: la batalla cultural y comunicacional se perdió hace rato. La derecha la ganó sin resistencia, con disciplina y con un ecosistema mediático completamente alineado.
Hoy vemos un país agotado, ansioso, desconfiado. Una ciudadanía que se siente sola frente a la inseguridad, aun cuando esa inseguridad sea, muchas veces, una exageración mediática. Ahí es donde se instala el relato de Kast. Ahí es donde prende.
Por eso este sondeo, más que indicar un resultado, es una radiografía de un error político monumental: dejar la comunicación social fuera del corazón del Gobierno. Nunca entender que sin relato no hay proyecto. Nunca asumir que se gobierna en un país híper-mediatizado donde la percepción manda, incluso por encima de las cifras.
Lo urgente ahora no es leer otra encuesta; es recuperar la capacidad de hablarle a la gente. Con emoción, con claridad, con presencia. Porque la derecha ya entendió que quien controla el relato controla el país.
Ahora, la cuestión es si la centroizquierda quiere aprender o seguirá entregando el terreno.
*Luis A. Medina G. Escribe en ProChiloe Comunicaciones
